¿Y que hacemos con las visitas? Duda que ya tenía desde antes de quedarme embarazada, y que me vuelve a surgir tras haber leido este post.
Recomiendan tenerlas en el hospital, donde te hacen la cama, te limpian y te dan de comer. No te tienes que preocupar de si todo esta limpio, sucio, recogido o no, y no puedes sacar galletas ni cafes, porque no hay de donde sacarlos. Como mucho, que se coman los bombones que otros trajeron (el jamón ni tocarlo, que es mio)
Además se supone que las visitas deberían ser educadas, saber que una no debe andar con muchas ganas de jota, entrar, dejarme el bocata de jamón serrano, el regalo para el nene, mirarlo un rato y listo. Aaaadios.
Pero hay gente educada y empática, y gente que de ningún modo lo es. Con lo cual habrá que lidiar con todo.
De todas formas, creo que la decision de como organizamos las visitas dependerá del parto que hayamos tenido. Si parimos facilmente, con pocos dolores, de forma rápida y estamos poco cansados, y algo animados, posiblemente hagamos llamada masiva para que venga todo quisqui al hospital, y asi a casa que vengan los familiares y amigos que estén en su derecho a repetir, y aquellos conocidos de los que nunca sabes nada, y que no estén en su derecho pero que suelen estár dotados con el don de la oportunidad más porculera. (Esperemos que de estos salgan pocos).
Si tenemos un parto díficil, doloroso, lento, y estamos hechos polvo y desanimados, a casa vendra muy poca gente y al hospital menos aún. Más que nada, porque yo cabreada y cansada me gasto unos niveles de bordería sorprendentes.
2 comentarios:
Yo seré de las plastas que no se van y te quitan el jamón ;)
Pues si que hay que plantearselo porque, después de según qué circunstacias, la diplomacia se va a tomar por saco.
Tu te puedes quedar todo lo que quieras y comerte el jamón que quieras.
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