lunes, 8 de noviembre de 2010

¿Qué pasa con la relación con nuestra madre cuando nos convertimos en madres?

Pregunta compleja donde las haya, supongo la respuesta dependerá del tipo de relación que hayamos tenido con nuestra madre.
En mi caso el embarazo me ha supuesto estar malsufrida con mi madre en muchas ocasiones, y cosas a las que antes no daba importancia o no me molestaban, ahora me vienen mucho a la cabeza y me cabrean enormemente. Pero supongo que eso se deriva de la, cuando menos, peculiar relación que he tenido con mi madre.
Con el embarazo y supongo más aún con la maternidad, comienzas a valorar la labor que hizo tu madre contigo, como nunca antes lo habías hecho, o al menos en mi caso. Y si la labor, o el comportamiento, o la actitud que tu madre tuvo contigo cuando erás pequeña, no fué de tu agrado (y por motivos más que de peso en mi caso), la reacción es negativa.
Asi que además de tener que luchar contra los cambios hormonales y físicos, que no son pocos ni leves, te encuentras luchando contra tus sentimientos, porque sabes que el rencor y los reproches a estas alturas no van a servir absolutamente para nada, pero tampoco puedes evitar que afloren.

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