Tengo que reconocer, que la ley antitabaco me ha hecho un favor.
No estoy totalmente a favor de la dichosa ley, porque lo que deberían hacer, si tan malo es fumar, es, directamente, prohibir la venta del tabaco, o bien regular muy severamente la composición del tabaco de forma que este no pudiera tener benzenos, amoniacos, y hasta medicamentos para evitar la tos del fumador.
Pero, si prohibieran la venta, el estado dejaría de ingresar una auténtica millonada de euros, muchos más millones de los que cuestan los tratamientos de los fumetas enfermos. Qué papá estado no es tonto, y si no fuera así, ya estaría prohibido.
Y si regulasen la composición del tabaco, sería tan malo, que la mayoría preferiríamos fumarnos un porro de césped liado en papel de periódico.
Pero bueno, como ya sabemos como funciona papi estado, al menos me alegro de que hayan prohibido fumar en todos los espacios publicos, sobre todo en los restaurantes, que como ex fumeta que soy, es donde más peligro tengo.
No hay nada peor para un exfumeta, que salir a cenar, trincarse 5 copas de vino (lo las copas que sean de la bebida que sea), y que te llegue el olorcillo a cigarrito del de la mesa de al lado, que a menos que sea tabaco negro, o algún rubio asqueroso, me gusta y mucho.
Lo se, soy rara. Me gusta el olorcillo. Bueno, rara no soy. La culpa es de las tabaqueras que ponen aroma de cacao en los cigarritos para que huelan bien. Si no fuese así, apestaria como los Ducados.
Asi que muerto el perro, muerta la rabia. Si salgo a cenar, nadie fuma a mi alrededor, así que un problema menos en el que pensar.
Otra cosa, es que un día de verano vayamos a una terraza, me cosque media jarra de sangría, me pille media castaña, y me fume un cigarro, que no digo que no, porque la carne es débil, y la mia más. Y ese día, seguramente, me volveré a acordar de la ley antitabaco y las muelas de quienes la aprobaron.
Así "semos". Cuando lo dejamos, somos los más radicales defensores del antitabaquismo. Cuando volvemos a fumar, volvemos a ser los mismos bichos malolientes, egoistas y guarros, y a olvidarnos de todo cuanto habíamos dicho y leido en nuestra época de no fumadores. Será que en el fondo somos unos yonkis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario