jueves, 9 de diciembre de 2010

Mentiras piadosas para premamás aprensivas.

Las matronas del curso de preparación al parto nos han soltado alguna mentirijilla piadosa, para no escandalizar mucho al personal.

La que más ruido me hizo en las orejas fué la referente a como se engancha el monitor interno al bebé. Esto se pregunta en el salón de actos, en una de las charlas, creo recordar con la sala bastante llena. ¿Como se engancha el monitor a la cabeza del bebé? Y dice la matrona:

-"del pelito"
-"¿Y si es pelón?"
-"tu no te preocupes, que se engancha igual".
Y mi santo y yo nos miramos con cara de "vaya milonga que nos ha contado para que no se escandalice la gente". El chisme no-me-acuerdo-del-nombre se pincha a la cabecilla del bebé. Estuve a punto de abrir la boca y responder a la matrona, pero preferí callarme. Información sobrada hay en internet como para saber donde o como se engancha el ¿electrodo?, y no seré yo quien destape la caja de Pandora.
No me entusiasma la idea de un electrodo pinchado, pero prefiero un pinchazo a un sufrimiento fetal no detectado correctamente.
La segunda mentirijila piadosa más repetida en las clases de gimnasia creo que es la que se refiere a las episiotomias. Recalcado hasta la saciedad. Nadie hacie episiotomias por gusto, hasta el último momento no se sabe si se va a hacer o no, depende de la elasticidad del periné, no se hace por rutina. Ojalá tenga razón, pero numeritos para salir con al menos un puntejo, tenemos. Son más las que oigo que los llevan, que las que no. Es más, no recuerdo ninguna que haya salido indemne. En fin. Haremos muchos Kegel, y le diremos a la matrona que le diga al gine que no corte, que me dan pánico. Que a mi prima la hicieron un desastre que paso de contar para no herir sensibilidades.
Y la tercera. En planta hay enfermeras formadas en ¿no me acuerdo?¿puericultura? ¿Post-parto? ¿lactancia? que os ayudarán en lo que os haga falta. No dudo de sus buenas intenciones, pero si dudo de la super disponibilidad de la que se da a entender cuando se habla de ellas. También me da la sensación de que algunas esperan tener a una enfermera apostada en la puerta de la habitación, esperando ser requeridas para resolver inmediatamente cualquier duda que pueda surgir.
No pongo en duda, ya digo, la formación de las enfermeras, y su capacidad para ayudarnos. Pero el bebé (y el marrón) es nuestro. Con lo cual, primero te apañas, y luego pides ayuda, y si la recibes, lo agradeces, pero no te enfades si no acuden raudas y veloces a tu primera demanda de auxilio ante un bebe llorón, porque igual están atendiendo a la de la habitación de al lado. Para eso hay clases preparto, libros útiles, y ese supuesto instinto y esa supuesta paciencia que supuestamente llegarán en cuanto vea al niño.
¡Semos optimistas!
Sinembargo, una afirmación sin mentira piadosa fué aquella de que "vosotras estais muy preocupadas por el parto, cuando vais a estar super cuidadas y vigiladas y con un monton de personas pedientes de vosotras, y de lo que deberíais preocuparos más es del postparto, que es mucho más duro, mucho más largo (el parto dura unas horas), y en el que estareis solas" y tiene más razón que un santo.
Después del parto tendré un bonito paquetito con el que no sabre que hacer (a ratos), nadie me mirará a mi, solo mirarán al bebé, yo estaré cansada, dolorida, y me encontraré en casa, con el crio, con la casa, y además, con un trozo de oficina. Bonita perspectiva.
Y si, soy optimista, pero también realista. Y creo que es mejor no idealizar nada, porque luego la torta duele el doble.

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