Aunque comerme la olla es lo que provoca que me mueva por la blogosfera cual rata de biblioteca.
Me compré hace un tiempo el libro de Estivill de aprender a dormir, que lei en poco tiempo. Después empecé a buscar opiniones y posiciones contrarias, con Gonzalistas y colechadoras a la cabeza, y ayer decidí mandarlo todo a tomar viento fresco, principalmente porque no habrá método que valga hasta que el enano sea lo suficientemente grande para empezar algo, es decir, unos 6 meses, y en segundo lugar, porque mejor me espero a ver como se las gasta, antes de empezar a darle vueltas a la cabeza.
Lo que si tengo claro con todo este rollo es que las decisiones de una, son las decisiones de una. Y no creo que una sea mejor madre que otra por prácticar el colecho o no dejar llorar al crio un minuto. Con lo cual, decida lo que decida, será mi decisión, no la de los demás.
Y en segundo lugar, que hay opiniones encontradas en internet que valen un mundo, y otras que deberían ser borradas directamente. Me encantan las opiniones razonadas y en un tono normal que he encontrado en muchos foros en los que se plantea el debate Estivill vs Gonzalez. Y me sacan de quicio otras muchas opiniones de madres que critican de muy malas maneras a toda la que sea Estivillista, no colechadora y no tetadora hasta que el bebé tiene dientes.
Aun no he entrado en decisiones sobre si haré cosas del método Estivill o del Gonzalez, o no haré nada porque no me hará falta. Lo que si tengo muy claro es que no habrá colecho, porque no me apetece, y punto. Y no por eso seré peor madre que las que si lo hagan.
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