miércoles, 6 de octubre de 2010

¡No me como más la olla!

Aunque comerme la olla es lo que provoca que me mueva por la blogosfera cual rata de biblioteca.
Me compré hace un tiempo el libro de Estivill de aprender a dormir, que lei en poco tiempo. Después empecé a buscar opiniones y posiciones contrarias, con Gonzalistas y colechadoras a la cabeza, y ayer decidí mandarlo todo a tomar viento fresco, principalmente porque no habrá método que valga hasta que el enano sea lo suficientemente grande para empezar algo, es decir, unos 6 meses, y en segundo lugar, porque mejor me espero a ver como se las gasta, antes de empezar a darle vueltas a la cabeza.
Lo que si tengo claro con todo este rollo es que las decisiones de una, son las decisiones de una. Y no creo que una sea mejor madre que otra por prácticar el colecho o no dejar llorar al crio un minuto. Con lo cual, decida lo que decida, será mi decisión, no la de los demás.
Y en segundo lugar, que hay opiniones encontradas en internet que valen un mundo, y otras que deberían ser borradas directamente. Me encantan las opiniones razonadas y en un tono normal que he encontrado en muchos foros en los que se plantea el debate Estivill vs Gonzalez. Y me sacan de quicio otras muchas opiniones de madres que critican de muy malas maneras a toda la que sea Estivillista, no colechadora y no tetadora hasta que el bebé tiene dientes.
Aun no he entrado en decisiones sobre si haré cosas del método Estivill o del Gonzalez, o no haré nada porque no me hará falta. Lo que si tengo muy claro es que no habrá colecho, porque no me apetece, y punto. Y no por eso seré peor madre que las que si lo hagan.

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