El otro día fuimos al súper, y cuando pasaba por el pasillo de los jabones, me acordé de nosequién que decía no se qué en algúna web de la blogosfera maternal a cerca del la adquisición del hábito de la limpieza de dientes en los niños. Y como bebote está a punto de celebrar su primer cumpleaños, mamota, que ya lleva dos semanas con el moco suelto a causa de tan magno evento, decidió que le iba a comprar su primer cepillo de dientes.
¿Seré imbécil? Por lo del moqueo, que da para otro post. No por lo del cepillo.
Así que papote, mamota y bebote nos fuimos a casa todos contentos con un minicepillo de dientes y un tubo de pasta de dientes para niños de más de un año, con un soportable sabor a fresa.
Según el post ese que os he dicho ya que no me acuerdo donde lo leí, se comentaba que era conveniente iniciar a los peques a partir del año aproximadamente, en el hábito de la limpieza de dientes, introduciéndolo como un juego, sin importar mucho si al principio se cepillan un diente o una oreja, haciendo que sea algo divertido, y por supuesto predicando con el ejemplo.
Así que ahora, mamá y papá, cada vez que se lavan los dientes y se acuerdan, y bebote no está siesteando o haciendo cosas más importantes, pues salen del baño, cepillo de dientes en mano, y la boca llena de espuma, a hacerle monadas al niño para que se ría. Cosa por cierto bastante divertida.
A la hora del baño le untamos el cepillo con una migaja de pasta de dientes. Y cuando digo untar, es untar. Esto es, como la que está a dieta y se pone mantequilla en la tostada. Que la estira tanto que casi ni se ve. Pues lo mismo. Para que trague poco y menos, simplemente se vaya familiarizando con el sabor, y si algo llega a algún diente y limpia, pues bienvenido sea.
Así pues le damos su cepillo untado, y mamá hace la mona. Se frota un diente y luego le frota un diente al niño, que se parte el culo por cierto. Sobre todo cuando mamá intenta enseñarle que la pasta no se traga y que hay que escupir. Sonoras carcajadas inundan mi baño.
Resultado: bebote desternillado de la risa coje el cepillo y hace amagos de cepillarse los dientes. A veces lo consigue, otras veces lo muerde. Otras no atina, las menos, y se frota la campanilla con el consiguiente enfado, con lo que hay que estar atenta. Y pasados unos minutos, se guarda el cepillo y la pasta, y a otra cosa mariposa.
Mi niño crece. Snifs.
5 comentarios:
Es bueno que comience con el hábito de la limpieza bucal y si le divierte es mucho mejor :)
Qué lindo, es que me imagino la escena con los tres cepillando los dientes y partiéndoos de risa y me encanta, jajajaja!
Ohhh su primer cepillo de dientes!!!!.....crecen que se las pela!!!!
un besooo
Todo es empezar. El mío limpiarse no se limpia muy bien, pero al menos ya tiene el hábito cogido.
jajajajajaja ya veras cuando te estes cepillando los dientes y venga a reclamarte su cepillo.
Ariadna la pasta todavia no la ha probado pero si tiene su cepillo desde que tenia la edad de tu bebote y la tia, no veas como reclama su cepillo, es mas, ya le hemos cambiado de cepillo y en los dias que no lo ha tenido, estaba como loca robandonos los nuestros jajajaa, es una paranoica de los dientes igual que su marre.
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