Un par de meses antes de tener al bebé, y en previsión del mogollón de ropa sucia que habria que lavar con más frecuencia, decidimos comprar una secadora.
Tengo unas buenas terrazas en casa, pero en otoño e invierno, los días húmedos, no hay quien seque la ropa, y los inviernos pasados me los he pasado llevando las coladas de sábanas y toallas, a casa de la suegra para usar su secadora, ya que yo no tenía, y las sabanas se podían pasar tranquilamente, una semana colgadas.
Me he alegrado mucho de comprarla. Además deja la ropa mucho más suave y esponjosa, y el suavizante huele mejor. Pero gasta mucho, y como no están las cosas para ir perdiendo euros por las esquinas, lo que normalmente hago para ahorrar, es tender la ropa y que evapore la mayoría de agua, y después darle un secado en la secadora. Y se nota mucho.